Un año después del desastre petrolero en el golfo, necesitamos soluciones para librarnos del petróleo

Explosion of the Deepwater Horizon oil platform

Hace un año fuimos testigos a una de las peores tragedias ecológicas en la historia: la explosión de la plataforma de petróleo de BP Deepwater Horizon en el Golfo de México. Después de la tragedia inicial la cual dejó muertos a 11 personas, quedaron 580 millas de litoral cubiertas en petróleo, 170 millones de galones de crudo bajo el agua y una región cicatrizada.


Foto cortesía de la Guardia Costera de EE. UU. (U.S. Coast Guard en inglés)

Y aunque el golfo parece estar en mejor estado de lo que muchos esperábamos, aun no se sabe cual será el resultado. Dice Jane Lubchenko, la directora de la Agencia Nacional para la Administración de los Océanos (NOAA por sus siglas en ingles), "Es prematuro concluir que todo está bien...hay sorpresas que se siguen viendo--siguen apareciendo bebes delfines muertos.”

La fortaleza de la gente de la región ha sido sobrehumana pero el golfo sigue siendo un lugar de contradicciones con aéreas que parecen no haber sido impactadas y otras que ocultan graves problemas en los pantanos y en la cadena alimenticia.

Más preocupante es que aun un año después, el Congreso no ha aprobado ni una sola pieza de legislación relacionada con el derrame ni han tomado las medidas necesarias para proteger las riquezas marinas y las comunidades costeras de los devastadores impactos de un derrame de petróleo. 

La industria petrolera por su parte no ha mostrado que tiene una manera más segura de prevenir ni limpiar un derrame y aun dependen de los mismos elementos preventores de reventón, auge y dispersantes que se usaron el año pasado y que fallaron.

Las compañías petroleras seguirán viendo ganancias multimillonarias perforando bajo condiciones cada vez más peligrosas, inclusive a cinco kilómetros por debajo de la superficie del mar. Y absurdamente los ejecutivos de Transocean, la empresa encargada de la plataforma Deepwater Horizon, recibieron bonificaciones por el mejor año en rendimiento de seguridad a pesar de sus cuestionables prácticas.

El país sigue igual de dependiente del petróleo que hace un año y las llamadas para perforar en nuestro país siguen aunque no va a satisfacer la demanda que tenemos en este país, ni tendrá ningún impacto sobre el precio de la gasolina.

En los últimos meses el ritmo de permitir más perforaciones ha aumentado bruscamente con 39 permisos para perforaciones en aguas menos profundas aprobados desde que se implementaron las nuevas normas de seguridad y 6 permisos de aguas profundas en el último mes.

NRDC considera imprudente e inseguro permitir perforaciones bien hasta que el defecto preventivo de reventón sea rediseñado para eliminar la avería que paralizó el Deepwater Horizon y que sea probado en condiciones realistas.

Necesitamos la adopción universal de las recomendaciones de la Comisión del Derrame de Petróleo y una agencia de seguridad independiente con fuerte autoridad de aplicación y supervisión dentro del Departamento del Interior para supervisar y garantizar la seguridad de las perforaciones mar adentro. Es una mentira decir que la extracción de petróleo es un proceso seguro mientras que el gobierno federal carece de los recursos necesarios para vigilar una industria que, por años, ha supervisado a su mismo, con resultados devastadores para el medio ambiente y las comunidades costeras.

Las políticas correctas pueden reducir las importaciones de petróleo casi a la mitad en sólo 14 años.  No tenemos que esperar avances tecnológicos. Ya existen soluciones y las automotrices estadounidenses y los planificadores de tránsito ya están empezando a ponerlos en marcha: coches más inteligentes, más opciones de tránsito público, ferroviaria de alta velocidad, y combustibles limpios.

Estas soluciones crearán empleos y nos ahorrarán dinero, mientras reducir nuestra dependencia al petróleo. Son las únicas soluciones que realmente nos liberarán de los impactos de los desastres petroleros y de la inestabilidad en el mercado de petróleo.