A luchar

Este verano marca un hito en la lucha contra el cambio climático.

Desde ahora hasta el 12 de octubre, la EPA (Agencia Federal de Protección Agency) aceptará comentarios sobre un plan que pide un recorte global del 30 por ciento de las emisiones de carbono de las centrales eléctricas existentes.

Aunque se espera que habrá oposición de algunos en el Congreso, trabas legales y la confusión deliberada de los que tienen intereses económicos en los combustibles fósiles, estas nuevas reglas propuestas, nunca antes vistas, podrán tener un gran impacto en la lucha contra los estragos de la contaminación en nuestro clima. Como señaló la revista Time, “con un plumazo (aunque realmente fue la pluma de la administradora de la EPA Gina McCarthy, (¡dale Gina!')), el presidente Barack Obama ha hecho más por el calentamiento global que todos sus predecesores juntos.”

Esto es enorme. Y ahora somos nosotros los que tenemos que actuar.

Ya sea que nos identifiquemos como mujeres, líderes empresariales, hispanos, afroamericanos, madres, padres, jóvenes o viejos, o como la mayoría de nosotros...como miembros de varios de estos grupos importantes, todos tenemos que seguir hablando e informar a nuestros familiares sobre la importancia de estas nuevas reglas y como ayudarán a protegernos. Es necesario traer nuestras voces a la conversación para asegurar que estas reglas se apliquen y no sean diluidas por el Congreso.

Es de vital importancia que movilicemos a nuestros amigos, colegas y familiares para que levanten sus voces en apoyo a este esfuerzo histórico por parte de la EPA. Debemos asegurar que la niebla de la desinformación no nos distraiga.

El sector de la energía fósil se ha enriquecido con ganancias descomunales a costo de nuestros hijos, y ellos y sus defensores están muy preocupados de que el proteger a nuestros hijos no disminuya sus ganancias.

Es crucial que nos mantengamos claros acerca de lo que está en juego. Estas normas no sólo tendrán un impacto importante en las emisiones de carbono aquí en los Estados Unidos, pero por primera vez Estados Unidos podrá demostrar acción y así presionar a otras naciones, especialmente China, India y las potencias industriales emergentes del siglo 21, para que tomen medidas significativas para reducir las emisiones de carbono.

Estas nuevas reglas de la EPA no son sólo importantes para los Estados Unidos, son importantes para todo el mundo debido al precedente mundial que se establece con el liderazgo estadounidense. El cambio climático no respeta las fronteras nacionales y tenemos que aprovechar el hecho de que como estadounidenses, la mayoría de nosotros tenemos una herencia que igualmente trasciende las fronteras nacionales, para que podamos llevar nuestro mejor juego a la siguiente ronda de esta batalla.

Hasta ahora, otros países han podido ver a los Estados Unidos como hipócritas, al pedirles que tomaran una medicina que nosotros mismos no estábamos dispuestos a tomar. Si adoptamos con éxito estas nuevas reglas, literalmente cambiaremos el panorama mundial en términos de lo que constituye la línea de base de la buena ciudadanía global con relación al cambio climático.

El sector eléctrico protestara que los que contaminan el medio ambiente con la energía sucia son sólo creadores de empleos que están siendo acosados injustamente, calumniados por un problema que realmente no existe. La realidad es que las oportunidades de creación de empleos en el espacio de las energías alternativas son enormes, y el sector eléctrico, calcificado por ganancias fáciles por décadas, ha decidido que en lugar de adaptarse al cambiante mercado de la energía renovable y tomar este importante, pero modesto paso, han redoblado sus esfuerzos para sofocar los planes de reducción de emisiones de carbono.

Y sin embargo, aun si los argumentos económicos no lo convencen, es difícil argumentar en contra de la humanidad del hecho de que “las reglas propuestas por la EPA resultarán en la prevención de 6,600 muertes prematuras, hasta 150,000 ataques de asma en los niños y hasta 490,000 días de trabajo o escuela perdidos – y esto proveerá hasta $93 mil millones en beneficios al clima y a la salud pública.” ¿Qué hijo tiene que sufrir o peor, pagar con su vida, para proteger los robustos márgenes de ganancias en el sector energético?

La planta de energía promedio en los Estados Unidos tiene 42 años. Eso significa que fue construida en el año 1972, cuando la EPA era sólo un recién nacido, después de haber sido creada por el presidente Nixon en 1970.

Por eso vale ser optimista y esperar que quizás el sector energético vea estas nuevas normas como un llamado a la innovación en los tipos de tecnologías de que ya se están viendo en China (y desarrollando en los EE.UU.) para atrapar las emisiones de carbono provenientes de las plantas de carbón y convertirlas en combustible líquido.

Pero incluso si el sector de la energía no elige despertar a la realidad - y no hay rastro aún de que ellos se estén sacudiendo las telarañas de los ojos - nosotros, como estadounidenses y consumidores tenemos que estar claros y seguir luchando. Porque esta es una batalla que nuestros hijos no pueden darse el lujo de vernos perder.

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