Presidentes Obama y Piñera no deben insistir en la energía nuclear en Chile - ahora menos que nunca

En este momento, así como Japón se encuentra al borde del desastre nuclear tras el reciente paralizante terremoto y tsunami, El presidente Obama de Estados Unidos y el presidente chileno Piñera siguen con planes de firmar un acuerdo nuclear antes de la visita de Obama a Chile la próxima semana. Este es el camino equivocado a seguir, sobre todo porque Chile tiene abundantes opciones que son más seguras, más económicas y más sostenibles. De hecho, sería una vergüenza si estos dos líderes pierden esta oportunidad de ser realista y la visión de preparar el camino para la  energía renovables no convencionales* y el crecimiento de la eficiencia energética en Chile.

El Gobierno de Chile ha proyectado que la demanda nacional de energía se duplicará de 2010-2020, y se triplicará de 2010-2030. Para cumplir con esta previsión, que no tiene en cuenta los avances en la eficiencia energética ni la reciente caída en las tasas de la demanda debido a la crisis económica mundial o el terremoto de Chile el año pasado, Piñera está tratando de aprobar una serie de magnos proyectos de energía convencional: HidroAysén, el complejo de 2.750 MW de centrales hidroeléctricas en la Patagonia que está a punto de recibir su aprobación ambiental a mediados de abril, a pesar del hecho de que más de la mitad de los chilenos está en contra, y Castilla, 2.100 MW de electricidad con carbón recibió la aprobación ambiental en febrero pese a las objeciones legales y populares.

El desarrollo nuclear, parece también estar en la mesa de negociaciones. Chile ya ha firmado acuerdos con Rusia y Francia por diversos aspectos al desarrollo nuclear, por lo que no es de extrañar que los EE.UU. quieran hacer lo mismo en esta oportunidad. Chile es uno de los aliados más fuertes de Estados Unidos en América Latina, con un gobierno democrático estable, una economía en expansión y estrechas relaciones comerciales bilaterales. Sería un golpe político para los EE.UU. si Chile compienza su desarrollo de energía nuclear sin la participación estadounidense.

Los recientes acontecimientos devastadores en Japón deberían servir como señal de alerta para Obama y Piñera y recapacitar sus intenciones en torno al proyecto de desarrollo nuclear. Chile sufrió y se está recuperando aún de su propia combinación de terremoto-tsunami de hace poco más de un año, por lo que la idea de construir reactores nucleares en Chile parece más arriesgado que nunca. El enorme tamaño de los reactores en el mercado ahora-1100MW y más grande- significa que uno solo representaría un porcentaje significativo de la capacidad instalada en Chile, que en la actualidad es de alrededor de 13.000 MW, lo que representa una seria amenaza si ese reactor fuera desconectado. La reducción de esta amenaza requeriría el costoso mantenimiento de capacidad de reserva de combustibles fósiles. Luego está el costo de las mismas, lo cual sería particularmente alto porque Chile no tiene actualmente una infraestructura nuclear, mas la protección antisísmica de la misma. El combustible usado tendría que ser manejado con seguridad, y la duración general para el desarrollo del proyecto y la construcción serian muy largos.

Por otra parte, mediante el seguimiento de este diálogo, estos dos presidentes están sólo recalcando la idea que la solución a los problemas energéticos en el futuro de Chile se resolverá con masivas plantas de energía de gran tamaño. Los últimos 30 años han demostrado lo contrario, cuando la continua dependencia de una o dos tecnologías principales han causado graves escasez de energía.

Para una red eléctrica estable, independiente y económica, Chile necesita fuentes de energía que sean diversificadas, distribuidas, flexibles y sostenibles. Un estudio técnico reciente muestra que, haciendo modestos esfuerzos para aumentar la eficiencia y las energías renovables no convencionales, Chile puede ahorrar 3.041 MW y 4.383 MW, respectivamente. Combinado, eso es más de 2½ HidroAyséns, 3 ½ Castillas y 6 ½ de reactores nucleares de 1100 MW. En pocas palabras, Chile no necesita masivas hidroeléctricas destructivas, carbón sucio grandes o del riesgo nuclear para satisfacer sus futuras necesidades energéticas. Lo que necesita es promover activamente sus sectores no convencionales de energía renovable y eficiencia energética, con la política técnica y la experiencia de planificación y los recursos que los EE.UU. pueden ofrecer.

Los EE.UU. tiene mucho que ganar en estos aspectos. Colaborar con Chile sobre las tecnologías renovables y eficientes reforzaria el papel de Estados Unidos en toda la región y ampliaria los mercados para los productos de EE.UU. y sus conocimientos técnicos.

Los presidentes Obama y Piñera todavía tienen una opción. Pueden ser verdaderos líderes al dar el paso hacia el futuro fomentando las energías renovables no convencionales y la eficiencia energética en Chile, creando las bases para una red más segura, más moderna, utilizando los recursos propios de Chile. O pueden ignorar la crisis nuclear en la actualidad que se desarrolla en Japón, así como la propia catástrofe reciente en Chile, y encaminar a esta a una fuente de alimentación energética no diversificada y vulnerable que ha recorrido en los últimos 30 años.

* En Chile, "la energía renovable no convencional" es el término utilizado para excluir a la energía hidroeléctrica de 20 MW por encima de la categoría.

Gracias a mi colega, Chris Paine, por su experiencia en energía nuclear.