Con dieciocho años cumplidos, la protección de Cabo Pulmo sigue siendo una tarea crítica

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En el mes de junio ​​se cumplen dos aniversarios importantes para el Parque Nacional Cabo Pulmo de México, y ambos  son recordatorios que la protección de los arrecifes de coral es un desafío continuo y crucial. A principios de este mes, la comunidad de Cabo Pulmo junto con ONGs locales  celebró el decimoctavo aniversario de la creación del parque. Su estado como área protegida, junto con los esfuerzos de conservación de la comunidad local, ayudaron a convertir a Cabo Pulmo en lo que es hoy - una de las reservas marinas más robustas del mundo. Mañana, 15 de junio, es el primer aniversario de la cancelación de Cabo Cortés - el mego proyecto de turismo que amenazó al sistema de arrecifes de Cabo Pulmo y que fue objeto de una de una campaña internacional. Sin embargo, a pesar de estos éxitos de la conservación, Cabo Pulmo –  al igual que otros arrecifes coralinos alrededor  del mundo – todavía está bajo amenaza de cambios en el clima y la química de los océanos. El peligro  que representan estas amenazas globales significa que es aún más esencial proteger a Cabo Pulmo de amenazas locales como futuros proyectos del estilo de Cabo Cortés que podrían degradar el arrecife e limitar su capacidad de resistir al calentamiento global.

Los arrecifes de coral representan menos del uno por ciento de la superficie del océano, pero albergan más del 25 por ciento de la biodiversidad marina. Estos ricos hábitats marinos se formaron lentamente durante decenas de miles de años, pero ahora bajo amenazas globales y locales  estos antiguos ecosistemas están en peligro de desaparecer a un ritmo sorprendentemente rápido. El calentamiento global está elevando  la temperatura del océano a niveles peligrosos para los corales, y las emisiones de CO2 que el mar absorbe  están causando la acidificación del océano, un fenómeno que básicamente corroe a los corales y otros organismos. La contaminación proveniente de las ciudades, las industrias y la agricultura es tóxica  para los organismos frágiles de un arrecife. Las prácticas de pesca y de turismo no sostenibles también degradan los ecosistemas de arrecifes y la biodiversidad marina que sostienen. De hecho, si se considera el conjunto de los efectos del cambio climático y las presiones locales, se estima que el setenta y cinco por ciento de los corales del mundo están en riesgo.

Esto es sumamente preocupante, sobre todo si se tiene en cuenta lo mucho que dependemos de los arrecifes de coral. Según algunos cálculos, a nivel mundial estos ecosistemas aportan un beneficio neto total de 29,8 mil millones dólares al año: sostienen a las pesquerías nacionales, crean  empleos en el sector de turismo, albergan valiosa biodiversidad y protegen a las comunidades costeras de las tormentas y la erosión.

Pero he aquí la buena noticia: los arrecifes de coral son resistentes. Cabo Pulmo es un ejemplo excelente de cómo un arrecife de coral degradado a veces sí puede recuperarse. Hace dos décadas, tras años de prácticas de pesca no sostenibles, la vida marina en la zona se encontraba significativamente reducida. Después de la creación del parque y su designación como  una zona de exclusión  la biodiversidad marina se recuperó en un sorprendente 463 por ciento en sólo diez años.

Sin embargo, para que los arrecifes de coral puedan resistir los impactos asociados a una amenaza global como el cambio climático, los países deben reducir al mínimo las amenazas localizadas, como la sobrepesca , la contaminación y el desarrollo costero no sustentable. En pocas palabras, los arrecifes de coral saludables tienen mayor posibilidad de tolerar las temperaturas más cálidas, las perturbaciones climáticas y la acidificación de los océanos. Es por esto que  planear un mega desarrollo costero en las proximidades de una zona tan frágil como el Parque Nacional Cabo Pulmo es simplemente una mala idea y no está acorde con objetivos de adaptación al cambio climático de México. El gobierno de Enrique Peña Nieto acaba de lanzar una nueva estrategia nacional para el cambio climático y uno de los ocho ejes del plan es el de "fomentar la capacidad de adaptación de los ecosistemas a los efectos del cambio climático". En el caso de arrecifes coralinos de  importancia crítica como lo es Cabo Pulmo, una manera de lograr esto es asegurar que cualquier desarrollo futuro en la región del Cabo Este de Baja California Sur sea de bajo impacto, y en consonancia con la protección del parque y el bienestar de la comunidad que lleva dieciocho años trabajando para preservar el arrecife.

Foto: Octavio Aburto