Domando el caos climático

Después de una caótica Copa Mundial, donde se vieron genialidades y fatalidades, he quedado con un raro sabor en la boca y me pregunto, que puede hacer la FIFA, los equipos, los hinchas y el país que anfitriona el evento para lograr un mejor resultado en cuatro años.  Creo que parte de esto tiene que ver con el hecho de que este evento nos llega en un momento de increíble apogeo en las redes sociales y las emociones se viven de manera instantánea y desde muchos ángulos. 

Pero, por lo menos para estos eventos tenemos un esquema, existe un plan para cada protagonista en esta fiesta que se da cada cuatro años.  Cada vez, es una experiencia distinta porque los protagonistas cambian hasta en términos de patrocinadores. Es una fiesta que tiene un marcado comienzo y final.

Pero el caos climático por el que pasamos y sufrimos de distintas maneras alrededor del mundo no avisa cuando ni donde se dará el próximo sobresalto climático. Dado que los protagonistas en el caos somos todos, uno pensaría que habría una mejor y más coordinada manera de sobrellevar los eventos que cada año se vuelven más severos, devastadores y frecuentes. Esto significa la participación también de instituciones internacionales como lo es la FIFA.  Dado el clima implacable bajo el que se jugaron algunos juegos y que los espectadores tuvieron que aguantar, hacer algo sobre el asunto sería lo más práctico.

Cada equipo que participa en la Copa tiene su propia historia que contar, algunas más severas que otras.  Estados Unidos cuenta con un territorio bastante amplio y ha experimentado casi cada extremo climático y sufrido pérdidas cuantiosas. Se puede decir que ha sido tan vapuleado como lo fue Tim Howard en su último juego. Por lo tanto, no me sorprende para nada que personajes importantes del ámbito financiero hayan sacado un informe sobre los riesgos económicos que el país enfrenta bajo el cambio climático.

Si el fútbol es un negocio que atrae miles de millones de espectadores y detiene el tiempo por un mes cada cuatro años, todos los protagonistas, los patrocinadores, los países anfitriones, las madres de los jugadores futuros, los hinchas y todo el mundo tiene que estar metido en evitar que los cambios climáticos afecten de cualquier manera que se juegue bonito y sin interrupciones, por lo menos aquellas debido al clima, falta de transporte público, estadios en lugares remotos donde la tala de árboles deja una huella honda, etc. Agua limpia, aire limpio, acceso a transporte público, desarrollo inteligente, todas estas cosas deberían de ser parte del plan y una meta para cada tornado.  De no ser así, el deporte que amamos enfrenta riesgos por encima de los problemas sociales y psicológicos que una Copa pueda dejar. 

Enlaces relacionados:  

http://www.greensports.org/

http://www.nrdc.org/enterprise/greeningadvisor/

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