Expertos sobre el cambio climático ponen en claro la necesidad de acción inmediata

iStock_000008981973_Flood.NRDC.JPG

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC en inglés) publicó su último informe que indica científicamente el estado de nuestro planeta. Los investigadores aciertan de manera categórica que la actividad humana impacta nuestro clima y que los impactos más peligrosos se están acelerando precipitosamente.

Muchos estadounidenses nos damos cuenta de ello. Hemos visto como nuestras comunidades son devastadas por la intensidad y la frecuencia de las olas de calor, las sequias y las tormentas. Pero aun cuando hemos presenciado una catástrofe tras otra, contamos con los científicos para interpretar las tendencias mayores. El IPCC tiene la última palabra en el tema.

El informe fue preparado por más de 600 investigadores provenientes de 32 países que revisaron más de 9 mil estudios confirmados. Se produjeron 2 mil páginas de análisis científico y se consideraron 56 mil comentarios. La evaluación fue extensa, completa y necesaria.

La ciencia es clara: arriesgamos el bienestar de nuestros hijos y las futuras generaciones.

La actividad humana produce la contaminación que cambia el clima del planeta. Conocemos el daño que el desequilibrio del clima causa en las costas, las granjas, las montañas y en las ciudades grandes. Los impactos serán más severos si no limitamos la contaminación ahora.

El IPCC notó, por ejemplo, que el nivel del mar podría subir 3 pies para fines de siglo si no controlamos la contaminación de carbono. Imagínate lo que eso significaría. Los bebés de hoy podrían ver un Miami como parte de los Everglades, una Nueva Orleans hundida y partes de Nueva York parecerse Venecia.

Ciertos detractores se valen de informes que dicen que en los últimos 15 años la temperatura de la superficie se elevó menos que en los 50 años pasados, por lo que refutan con estos informes no científicos que el calentamiento global es una amenaza. Los científicos reconocen estas sandeces.

Los investigadores continuarán la corrección de la interacción entre los ciclos naturales de enfriamiento y calentamiento causados por el hombre. Sabemos que el planeta no se ha enfriado. Desde los primeros registros, en 1850, la temperatura aumenta continuamente. La última década ha sido la más caliente, aún con dos ciclos de enfriamiento: La Niña.

Tomar una desaceleración del calentamiento como un milagro que nos salvará de los trastornos climáticos sería el colmo de la locura. Los científicos advierten que si no reducimos los gases de efecto invernadero, las temperaturas alcanzaran niveles peligrosos, se desataran fenómenos meteorológicos devastadores y se acelerará el aumento del nivel del mar. Unos cuantos años de temperaturas altas pero estables no prescinde lo irremediable.

Independientemente de si vamos en la carretera a 90 u 85 millas por hora, en ambas velocidades nos ponemos en peligro. Hay que desacelerar.

Lo más importante que podemos hacer para proteger a nuestras comunidades de la amenaza del cambio climático es reducir la contaminación de carbono. Aquí en EE. UU., las centrales eléctricas emiten la mayor parte de esta contaminación, un 40 por ciento, sin embargo no están bajo control y emiten sin reparo. Nuestros hijos y nietos merecen que le pongamos fin a la era de la contaminación desmedida.

El gobierno de Obama empezó un proceso para lograrlo. La semana pasada propuso normas históricas que limitan el carbono en centrales nuevas. Ahora se prepara para limitar el carbono en centrales existentes. Los Estados y las compañías eléctricas de seguro tendrán amplia flexibilidad para cumplir con la ley, entre ellas el uso de una mayor inversión en la eficiencia energética, la energía renovable y la tecnología de captura de carbono. El análisis de NRDC concluye que esta clase de estrategias puede reducir la contaminación de carbono por un 25 por ciento para 2020 y producir ahorros en las cuentas eléctricas de los consumidores. También crearía unos 210.000 empleos. Son inversiones visionarias.

Al trazar nuestra ruta futura, debemos guiarnos por la ciencia. La evidencia actual nos muestra una señal clara y contundente: tenemos que tomar medidas inmediatas para reducir la contaminación de carbono y así asegurar un clima más estable para las futuras generaciones.

Lee otros blogs de Frances Beinecke aquí