En la próxima Cumbre de la Tierra en Río, no más promesas, queremos acción

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Dentro de un año, los presidentes, primeros ministros y otros líderes mundiales se reunirán en Río de Janeiro para la “Cumbre de la Tierra” oficialmente conocida como la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible.  La reunión se centrará en estimular una economía verde y fortalecer la gobernanza mundial.

Ciertamente NRDC apoya estos objetivos,  pero hay algo que no vamos a apoyar en Río: más tratados y planes con altas metas y calendarios distantes. Los gobiernos nacionales ya negociaron y acordaron cientos de compromisos y promesas para proteger el medio ambiente y lograr un futuro más sostenible, sin embargo, pocos han obtenido un cambio real. La degradación de nuestro planeta continúa.

En la Cumbre de la Tierra en junio de 2012, tenemos la oportunidad de crear algo diferente. Podemos urgirles a los líderes que se enfoquen en acciones específicas para el presente y el futuro cercano en vez de llegar a acuerdos sobre esperanzas para un futuro lejano.

NRDC está lanzando una campaña llamada “Carrera hacia Río” la cual consiste en animar a los líderes de todos los sectores y niveles de la sociedad —funcionarios del gobierno, empresarios, activistas— para que lleguen a Río dispuestos a hablar sobre lo que están haciendo en la actualidad para encarar a los enormes desafíos que enfrentamos. Así que en vez de hacer promesas o acuerdos, deben unirse a otros en la aplicación de nuevas y reforzadas iniciativas para hacer frente a problemas donde realmente importa, a nivel nacional y regional. Las promesas para que otros tomen acción no tendrán lugar en esta Cumbre de la Tierra. Cada uno debe mirarse en un espejo y comprometerse a tomar medidas que harán frente a estos desafíos.

Y deben hacerlo rápidamente. Debido a la contaminación por carbono nuestro planeta está cada día más caliente, un 30 por ciento de las especies de animales están en peligro de extinción, un 75 por ciento de las poblaciones de peces del mundo están identificadas como sobre-explotadas y la mitad de la población urbana en países en vías de desarrollo sufre de enfermedades asociadas con la falta de agua potable y saneamiento, necesitamos acción urgente.

Las reuniones globales como la Cumbre que se realizará el próximo año en Río de Janeiro tienen el poder de sacar a relucir el declive de nuestros sistemas naturales y crear la voluntad para protegerlos. Con la participación del primer presidente del consejo administrativo, Stephen Duggan y nuestro Fundador John Adams, NRDC fue una de las pocas organizaciones no gubernamentales que asistió a la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Ambiente Humano en Estocolmo en 1972. Esa conferencia sacó a relucir los problemas de contaminación severa, especialmente en los países industrializados.

Veinte años después, más de 100 presidentes y primeros ministros viajaron a Río para la primera Cumbre de la Tierra. Los gobiernos acordaron tratados sobre el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad. También adoptaron la Agenda 21, un plan detallado para el desarrollo sostenible, que cada gobierno aplicaría a su propia sociedad.

A esto siguieron reuniones en Johannesburgo, Beijing, El Cairo, Nairobi, Kioto y otras capitales donde cada una de ellas produjo esfuerzos críticos para combatir los graves retos que enfrenta el planeta. Sin embargo, ahora es el momento de traducir esos avances en acciones más profundas.

Gus Speth, miembro del consejo de administración de NRDC y antiguo jefe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, escribe:

En su mayor parte, se han analizado, debatido, discutido y negociado estos asuntos sin cesar. Me temo que mi generación es una generación, de grandes conversadores, demasiado aficionados a las conferencias. En la acción, sin embargo, hemos caído muy por debajo de lo esperado. Como resultado... las amenazantes tendencias globales puestas en relieve hace un cuarto de siglo, continúan hasta hoy.

Las palabras de Speth me recuerdan  algo que el alcalde Michael Bloomberg me dijo durante las negociaciones del tratado climático de la ONU en Bali en 2007: “Usted está librando a los políticos de responsabilidad muy fácilmente. A ellos no les importa firmar un compromiso para el año 2050, ya que ninguno de ellos estará aquí dentro de 40 años”.

Llegó el momento de que la comunidad internacional comience a concentrarse más en las acciones que en hablar, en la próxima Cumbre de la Tierra en Río se debe impulsar esa transformación.

La Iniciativa Global Clinton (Clinton Global Initiative, CGI por sus siglas en inglés), en la cual NRDC participa activamente desde su lanzamiento, puede proporcionar un modelo útil. A través de la CGI se pide que el sector público, las empresas y los líderes de la sociedad civil se comprometan a esfuerzos colaborativos específicos para abordar una serie de desafíos ambientales y de desarrollo sostenible. En cinco años, la CGI ha generado más de 1.900 compromisos que han beneficiado a cerca de 300 millones de personas en más de 170 países.

Necesitamos este tipo de compromiso individual y colectivo en Río, pero a una escala mucho mayor y con más propuestas sobre la mesa.

Durante los próximos 12 meses, la campaña “Carrera a Río” de NRDC mantendrá la presión sobre los líderes. Hoy estamos lanzando una serie de acciones específicas y necesitamos que los países, las empresas y los ciudadanos se comprometan a aplicarlas en la próxima Cumbre de la Tierra. Dichas acciones incluyen soluciones reales como poner fin a los subsidios perjudiciales, acelerar inversiones en energías renovables, crear nuevas reservas marinas y asegurar que los ciudadanos de todo el mundo tengan una verdadera voz en la protección de su propia salud y el medio ambiente.

El fracaso no es una opción cuando se trata de proteger a los sistemas naturales que nos sustentan. No tenemos otra opción que tratar de hacer de la Cumbre de la Tierra un acontecimiento verdaderamente histórico y de transformación para comenzar hoy mismo a construir un futuro verde.