¿Industria invisible o verde? Empleos de reciclaje tienen que proteger a los trabajadores así como al medio ambiente
Es imposible no empezar un artículo sobre el reciclaje de basura sin dedicar un muy sentido pésame a la familia de los hermanos Ramírez del condado de Kern en el centro de California, quienes a su corta edad de 16 y 22 anos, perdieron su vida trágicamente hace un par de meses en una planta de reciclaje luego de sucumbir a gases tóxicos mientras que hacían su trabajo.
La comunidad hispana en California ha reaccionado con un orgullo adolorido por los hermanos Ramírez. Eran jóvenes responsables, valientes y trabajadores, dispuestos a hacer uno de los oficios más sucios y peligrosos por ganarse una mejor vida. Esto es un gran contraste a la mayoría de jóvenes a esa edad (recién inmigrantes o no). Y el hecho que un joven a los 16 anos opta por enfrentársele a la vida a cambio de escapar de sus difíciles circunstancias en vicios y superfluidades, es admirable y hace de esta historia una tragedia aun más grande.
Seguro que la familia Ramírez les inculcaron a sus hijos que todo trabajo es horna. Y así, en ellos, podemos ver la cara de todos los inmigrantes Latinos que han invadido a Estados Unidos a punta de sudor y trabajo honesto y humilde. Desafortunadamente, esta buena voluntad hacia el trabajo honesto parece haber puesto a nuestra comunidad en las garras de los empleadores inescrupulosos, incluyendo en industrias que supuestamente están tratando de hacer lo correcto para la humanidad, como las plantas de reciclaje y separación de desperdicios.
Ariceli Martinez de La Opinión reportó en Octubre 2011 que las barreras de idioma y falta de residencia legal hacen a nuestros trabajadores más vulnerables a ser empleados en industrias peligrosas para su salud y su vida, donde los empleadores obvian las normas de seguridad ocupacional porque saben que sus trabajadores prefieren comer callados sobre todo tipo de abuso y amenazas a su salud, antes de perder el sueldo que se ganan. El artículo menciona que…
En 2007 el 34% de la fuerza de trabajo de California eran latinos y el 39% de las muertes en el lugar de trabajo correspondía a este grupo social. En 2009 la cifra subió y el 42% de todas las muertes en el trabajo fue de latinos, mientras que 40% de blancos.
Luis Magaña, líder campesino del Proyecto Voz de Stockton, dijo que es algo común que los menores de edad inmigrantes laboren en trabajos de riesgo mortal. "Los patrones lo saben y es un mercado laboral bien explotado en California, en la construcción, la agricultura y sólo se reportan los casos en los que llega la muerte. Muchas veces los trabajadores se lesionan o hieren en el trabajo y no se quejan porque son jóvenes y necesitan el dinero", señaló.
Entre 1992 y 2007 las actividades de más alto riesgo fueron: Instaladores de techos, Taxistas, Vendedores de puerta en puerta, Guardias de seguridad, Agentes de casinos, Obreros de la construcción, Electricistas, Soldadores, Plomeros, Supervisores de la construcción, Policías, Empleados de mantenimiento.
Por eso NRDC se alegra de ser parte de una coalición de sindicalistas, ambientalistas y expertos de salud pública quienes están transformando las reglas flojas o inexistentes que permitieron la tragedia de los hermanos Ramírez. Estamos empezando en la ciudad más grande de California: Los Angeles, pero esperamos que las ideas transformen la industria de desperdicios y reciclaje para siempre, con la idea de proteger los trabajadores, darles sueldos y beneficios justos, prevenir la contaminación del aire y del agua alrededor de las instalaciones, y reusar/reciclar toda la basura que producimos.
La semana pasada, el Consejo de la Ciudad de Los Ángeles votó unánimemente para publicar un aviso de cinco años advirtiéndole a la industria que la ciudad planea transformar los permisos para la recolección de desperdicios para los edificios comerciales o de apartamentos, los cuales están generando cerca de 70 por ciento de la basura que termina en los vertederos e incineradores ubicados en vecindarios pobres y Latinos. Este plan, está apoyando un sistema exclusivo de franquicia como la mejor manera de hacer las tarifas más justas para los clientes pequeños; aplicar estándares más estrictos para reducir la contaminación al aire de camiones de recolección; reducir al mínimo las rutas traslapadas de los camiones recolectores; y asegurar las condiciones laborales para los trabajadores.
La sociedad entera es responsable de su basura, así que es una inmoralidad que solo los más pobres y vulnerables enfrenten los costos reales de vida desechable de los más afluentes. Además, el propósito de los empleos verdes, es salvaguardar los recursos naturales y la salud pública, incluyendo los trabajadores y los vecinos de las industrias. Así que desde ahora, la ciudad de Los Ángeles será un buen ejemplo para aquellas otras que quieran transformar su manejo de desperdicios y las reglas laborales de esta industria.
Mas sobre la coalición Dont Waste LA aquí.
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