Ante el vencimiento del plazo para compromisos climáticos, ¿Cuál es la situación en América Latina?

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El año 2015 se perfila a ser un punto decisivo para que la comunidad internacional tome acción contra el cambio climático. Varios países han identificado medidas que podrían ayudar a limitar el aumento en la temperatura media global a 2 ° C para así poder evitar los peores efectos catastróficos del calentamiento global. El cambio climático ya está impactando a todos los rincones del mundo, y América Latina no ha sido una excepción. Ahora más que nunca, las tormentas y las sequias extremas, el deshielo de los glaciales y la contaminación ambiental están deteriorando la región. Esto ha obligado a los líderes a dar mayor prioridad al problema del cambio climático. En los últimos meses, algunos países en la región han demostrado su voluntad de actuar. Existe cada vez mayor conciencia de que la acción climática a nivel nacional puede producir beneficios tangibles para los ciudadanos al crear empleos verdes, mejorar la salud pública al reducir la contaminación, y crear comunidades más equitativas.

Un elemento importante para lograr frenar los peligrosos efectos del cambio climático en el futuro es el nuevo acuerdo mundial que será el producto de la vigésimo primera Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) que se celebrará en París. Dicho acuerdo se centrara en varios temas claves: la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), apoyo para los países en desarrollo para que logren una transición a economías más resilientes y de bajo carbono, y mecanismos para la rendición de cuentas.

Algunos líderes mundiales tienen la esperanza que las negociaciones de Paris producirán el tratado mundial sobre el clima y medio ambiente más exigente, y quizás vinculante, hasta el momento. Si bien es demasiado temprano para predecir el resultado final de las negociaciones, un aporte clave a su éxito serán las Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional (también conocidas como INDCs por sus siglas en inglés). Estos compromisos detallan las acciones que cada país puede asumir para reducir sus emisiones y enfrentar el cambio climático. Perú, el anfitrión de la cumbre mundial sobre el cambio climático (COP20) el año pasado, y Francia el anfitrión de la ronda de negociaciones de este año, se han unido para instar a los países a que presenten sus compromisos climáticos más ambiciosos en París.

El primero de octubre fue la fecha límite establecida por las Naciones Unidas (ONU) para que los países presenten sus INDCs voluntariamente. Trece países en América Latina entregaron sus planes climáticos a tiempo: México, Brasil, Colombia, Perú, Chile, Uruguay, Honduras, Costa Rica, Guatemala, Republica Dominicana, Argentina, Ecuador y Paraguay. Colectivamente, estos países representan 82 por ciento de las emisiones de la región, y la mayor parte vienen de Brasil (53 por ciento) y México (12 por ciento).

A continuación se ofrece un breve resumen del compromiso de cada país:

  • Brasil - Como el quinto mayor emisor de gases de efecto invernadero, hubo mucho interés en conocer el compromiso climático de Brasil. Bajo su INDC, Brasil se compromete a reducir los gases de efecto invernadero en un 37 por ciento por debajo de los niveles de 2005 en el 2025 y en un 43 por ciento en el 2030. Esta es la primera vez que un país en desarrollo se ha comprometido a la reducción absoluta de emisiones en comparación a un año base en lugar de un compromiso basado en emisiones previstas o PIB. Brasil también propone una participación del 45 por ciento de las energías renovables en la matriz energética para el año 2030 y la eliminación de la deforestación ilegal en el 2030. Aunque alentador, el compromiso no alcanza el 57 por ciento que el Observatorio de Clima de Brasil propuso que el país podría alcanzar, y no incluye ningún objetivo a largo plazo. El plan de acción climática oficial se encuentra aquí. Para un análisis a fondo lea el blog de Han Chen.
  • México - Como el primer país en desarrollo y el primero en la región en entregar un INDC, el país mostró liderazgo importante. México se compromete a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 22 por ciento para el año 2030 con respecto a un escenario tendencial, o "Business as usual" y a reducir sus emisiones de carbono negro en un 51 por ciento para el año 2030. En conjunto, esto representa una reducción del 25 por ciento de las emisiones nacionales. Este compromiso implica que las emisiones netas alcancen su nivel máximo para el año 2026. Sujeto a la provisión de apoyo internacional, la reducción de GEI y carbono negro podría aumentar hasta un 40 por ciento. Aunque el compromiso no especifica cómo el país logrará una transición hacía fuentes energéticas más limpias, si busca reducir las tasas de deforestación a 0 por ciento en 2030. El plan de acción climática oficial se encuentra aquí. Para un análisis a fondo lea el blog de Carolina Herrera.
  • Chile - Este plan es menos ambicioso que las opciones incluidas en el proyecto de compromiso que se sometió a consulta pública el pasado Diciembre. El INDC de Chile incluye como meta incondicional la reducción de las emisiones por unidad de PIB en un 30 por ciento por debajo del nivel alcanzado en 2007. También incluye una meta condicional de 35-45 por ciento, sujeto a la provisión de apoyo internacional. Aún más, se compromete a reforestar 100,000 hectáreas de bosque. Con el 75 por ciento de sus emisiones procedentes del sector energético, será fundamental que Chile tome acciones concretas para impulsar su sector de energía renovable. El plan de acción climática oficial se encuentra aquí. Para un análisis a fondo lea el blog de Carolina Herrera.
  • Colombia - Bajo su INDC, Colombia reducirá sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 20 por ciento para el año 2030 con respecto a un escenario "Business as usual". Por primera vez, Colombia adoptará un objetivo nacional de reducción de emisiones correspondiente a todos los sectores de la economía. También contempla elementos de mitigación, adaptación, y medios de implementación, especialmente en lo que se refiere a la protección y el uso de los suelos, la gestión de recursos hídricos y la educación de la población. El plan de acción climática oficial se encuentra aquí. Para un análisis a fondo lea el blog de Carolina Herrera.
  • Perú - 20 por ciento en reducción de gases de efecto invernadero para el año 2030 con respecto a un escenario "Business as usual" Reducción de hasta 30 por ciento condicionado en apoyo internacional técnico y financiero. El plan de acción climática oficial se encuentra aquí. Análisis adicional por Nivela se encuentra aquí.
  • Costa Rica - Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de 44 por ciento, comparado con un escenario "Business As Usual", y representa una reducción de emisiones de GEI de 25 por ciento contrapuesto con las emisiones de 2012. El plan de acción climática oficial se encuentra aquí. Análisis adicional por Nivela se encuentra aquí.
  • Argentina - 15 por ciento de reducción de gases de efecto invernadero para el año 2030 con respecto a un escenario "Business as usual". Reducción del 30 por ciento condicionado en apoyo internacional técnico y financiero. El plan de acción climática oficial se encuentra aquí. Análisis adicional por FARN se encuentra aquí.
  • Paraguay - 10 por ciento de reducción de gases de efecto invernadero para el año 2030 con respecto a un escenario "Business as usual". Reducción del 20 por ciento condicionado en apoyo internacional técnico y financiero. El plan de acción climática oficial se encuentra aquí.
  • Uruguay - Metas de reducción de intensidad de GEI por sectores. Con medios de implementación adicionales estas metas pueden aumentar. El plan de acción climática oficial se encuentra aquí.
  • Honduras - 15 por ciento de reducción de gases de efecto invernadero para el año 2030 con respecto a un escenario "Business as usual", condicionada a apoyo internacional y financiamiento. El plan de acción climática oficial se encuentra aquí.
  • Guatemala - 11,2 por ciento de reducción de gases de efecto invernadero para el año 2030 con respecto a un escenario "Business as usual". Reducción del 22,6 por ciento condicionado en apoyo internacional técnico y financiero. El plan de acción climática oficial se encuentra aquí.
  • República Dominicana - Reducción de un 25 por ciento de las emisiones del año base para el 2030 condicionada a que el apoyo sea favorable, previsible, se viabilicen los mecanismos de financiamiento climático, y se corrijan las fallas de los mecanismos de mercado existentes. El plan de acción climática oficial se encuentra aquí.
  • Ecuador - Metas de reducción sectoriales, incluyendo una reducción de las emisiones del sector energético de 20,4 a 25 por ciento en relación al escenario BAU. La reducción de emisiones energéticas puede aumentar a un 37,5 a 45,8 por ciento, condicionada a la disponibilidad de recursos y apoyo internacional. El plan de acción climática oficial se encuentra aquí.

¿Será suficiente?

La pregunta ahora es si los compromisos de América Latina, junto con los del resto del mundo, serán suficientes para "resolver" el problema del cambio climático. Antes que los países se comprometieran a nuevas acciones climáticas en el año 2009 como parte del Acuerdo de Copenhague, el mundo estaba encaminado hacia un aumento promedio en la temperatura global de unos 5 ° C. Las proyecciones más recientes calculan que si los compromisos presentados este año se cumplen, ese número bajará a aproximadamente 2,7 ° C. Aunque no es el número ideal, estas proyecciones nos dan la esperanza de que las medidas colectivas puedan lograr avances hacia la prevención de los efectos más catastróficos del cambio climático. Esto también prueba que cuanto más ambiciosas sean los compromisos adoptados por cada países, mayor será el efecto positivo de dichos compromisos a nivel global.

La buena noticia es que estos compromisos climáticos son un punto de partida y no el punto final. Los países en la región como Venezuela y Bolivia que no presentaron sus contribuciones antes de la fecha límite todavía pueden hacerlo, aún si éstas ya no se incluirán en el informe de recopilación que preparará la ONU. Es más, Bolivia presentó su INDC en días posteriores al vencimiento del plazo oficial. De hecho todos los países pueden, y deben hacer lo necesario para asegurar un mundo más seguro, saludable y próspero para las futuras generaciones.

Por cierto, no se puede olvidar el papel sumamente importante que jugarán las empresas, los actores no estatales y las instituciones financieras en asegurar que logremos limitar el aumento máximo de la temperatura global a 2 °C y que aseguremos ciudades limpias y prósperas para nuestros niños. El momento para la acción climática es ahora y los líderes de América Latina deben encaminar a sus países hacia un futuro bajo en carbono para crear las comunidades que los pueblos de América Latina merecen antes de que sea demasiado tarde. Los líderes y demás tomadores de decisiones también deben recordar que la acción climática no se trata sólo de reducir emisiones a nivel global, sino también de cambios tangibles a nivel nacional para mejorar el transporte público, crear ciudades más saludables, estimular la innovación, crear empleos verdes, preservar recursos naturales e indicar al resto del mundo de que América Latina es una fuerza para la acción y una fuente de soluciones concretas.